*CAMBIO DE PAÑAL*



El día en que mi hija llegó a este mundo, la madrugada del 26 de abril del 2013 a las 4:44am, en el momento en que la escuché por primera vez llorar, fue el día del nacimiento más importante de mi vida pues había nacido mi hija y, también surgió un renacimiento: el mío. Ahora yo como madre y padre, una nueva y temerosa Yo ante el mundo con una pequeña y hermosa niña a la cual adoro.  Cuando te conviertes en madre, tus prioridades cambian, el amor más puro te desborda el alma y el tiempo se vuelve algo limitado. Un tiempo “libre” para ti misma resulta ser ya un plus, el cual no llega hasta bastantes meses después desde que tu hija nace.

El trabajo materno es sumamente difícil y complejo al principio, aún recuerdo que la primera noche que pasé con mi bella Luciana aún en el hospital, ella lloraba inconsolable y yo aún no sabía identificar el porqué del llanto. La enfermera que estaba en turno, se me acerca y me dice que tal vez le tocaba cambio de pañal. CAMBIO DE PAÑAL…. Según yo, mi madre me había enseñado algunas formas de cargar a un bebe, cómo bañarlo para no lastimarlo –ni ahogarlo-, como sentarme con ella a darle de comer, pero jamás pensé en lo principal: cómo demonios cambiar un pañal?!!

En fin, yo era la madre así que debía apresurarme para que el llanto de mi hija no despertara a quienes dormían en las habitaciones cerca de la mía y claro, para que mi bebé no sufriera rozaduras. Manos a la obra: tomo el pañal, lo extiendo y le pongo un poco de talco de bebe, eso lo hacía porque lo veía con otras madres, no porque supiera que debía hacerlo. Cargo temerosa y delicadamente a mi hija y ahí viene lo bueno, le descubro el pañal, efectivamente lloraba porque se sentía ya muy sucia. Le tomo sus piernitas y comienzo a limpiarla con las toallitas húmedas –bendito sea el creador de las toallitas húmedas-, lo estaba haciendo de maravilla, le coloco el pañal limpio y me dan un poco de batalla las cintillas adhesivas pero logro “pegarlas bien”…

Ya, limpio la zona, me deshago del pañal sucio y le doy media onza de leche de fórmula a mi hija (pues yo no pude amamantar). Mi Luciana por fin se queda dormida con su cabezita de melón en mi corazón, lo cual resulta ser la mejor sensación que una madre puede sentir en toda su vida.

Pocos minutos después llega la enfermera para revisar mi medicamento y al cargar a mi hija solo escucho lo que ella replica: Señora, había entrenado el cambio de pañales? obviamente mi cara fue de “Whaaaattt?” y sentí terror mezclado con vergüenza al contestar la respuesta, pues era más que evidente que ya la sabía con anticipación: NO. Contesté la pregunta con una respuesta, -yo y mis manías de responder con una nueva cuestión-, “que hice mal?”

La muy amable enfermera, se tomó la pregunta con gracia y bueno, no era para menos, su respuesta fue rápida: “le puso a su hija el pañal al revés”!!!! Sí, con las cintillas hacia atrás!
No me quedó de otra que reírme de mi misma porque la verdad si me causó gracia (además de vergüenza) pero bueno, el primer pañal que le puse a mi hija, yo que lo había hecho con tanto esmero y se lo puse al revés. Bueno eso es solo una de tantas experiencias en esta bendita labor de ser madre.

Ser madre implica dejar tu vida como la conocías, atrás; ser madre requiere de adaptación al nuevo paso del tiempo, es comprender que cometerás muchos errores pero eso es bueno si decides aprender de ellos. Ser madre es priorizar diversas cosas en tu vida, es poder ser multitasking pues deberás aprender a hacer varias cosas a la vez. Aprender a comer la comida fría, a dormir poco, a saber repartir tu tiempo, es aceptar que ya no podrás ir al baño sola y aceptar que por más que limpies la casa y la pongas en orden varias veces al día, jamás será suficiente pues los niños son eso, NIÑOS. Pequeñas criaturas que no pueden quedarse quietas y siempre estarán ideando algo que hacer pero eso está muy bien. Hay que dejarlos ser, alimentar su curiosidad y decidirte a jugar con ellos, a descubrir un nuevo mundo a través de sus ojos, a reírte de sus ocurrencias y también por qué no? Ser madre es convertirte en su mujer maravilla, no se por qué pero a veces creemos que tenemos súper poderes para protegerlos y es lo más normal. Yo al menos, quisiera abrazar a mi cría y que mi abrazo fuera como un muro que la protegiera de todo mal.

 Así que si eres madre, o estás por serlo, te invito a que comentes lo que gustes: dudas, críticas, experiencias… este espacio y estas letras son para ti, quien sea que me lea (si es que alguien lo hace)...

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